MARTES DE CARNAVAL
Llegué invitado a una reunión de máscaras ¿Sólo máscaras? Sin disfraces pero las mujeres con vestidos abultados y coloridos, los hombres con blusones y pantalones ceñidos. No habría confusiones. Usé la misma ropa del día anterior en otra reunión privada. Músicas alegres salían de los parlantes a altísimos volúmenes. Todos danzaban. Me acerqué a bailar con la de colores más sobrios.-¿Quién sos? - No puedo-¿Eres bonita? – Si te lo dijera, ¡me creerías? - No.
Una comparsa interrumpió el diálogo. Ruidos de matracas, pitos, panderetas. De nuevo, la encontré - Hoy voy a morir-¿Suicidio? - Sí- ¿Por qué? - Me cansé de vivir. Pasó de nuevo la comparsa separando las parejas. La busqué. Busqué su máscara, su perfume, su vestido. El calor era sofocante. El ruido. Ese ruido. Me asomé al balcón. Allá abajo la vi muerta.
ALBERTO FERNANDEZ
Al final, la encontró... descansando de la vida.
ResponderEliminarEste cuento me llevó a pensar en un payaso de circo, afuera "máscara" de payasadas, adentro "la tristeza". Siempre lográs destacar los opuestos, y eso le da crudeza al relato.
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